LOS CELOS ENTRE
HERMANOS
Los celos son manifestaciones
normales y una
etapa por la que han de pasar los niños que tienen hermanos, ya que los niños
quieren tener la máxima atención de sus padres. Los
padres no deben preocuparse, por tanto, ante la aparición de conductas celosas.
Muchas de ellas se pueden prevenir, y siempre se podrá
ayudar al niño a asumir sus sentimientos.
Las
siguientes orientaciones ayudarán a los padres a afrontar esta situación:
-Escuchar al niño, permitiendo la expresión de sus emociones.
Hacerle ver que se le comprende aunque también le digamos que sus
sentimientos son exagerados.
-Ignorar las conductas inadecuadas, no centrarse
especialmente en ellas. Es preferible eso a regañarle muy a menudo, ya que
esto podría reforzar su idea de que ha perdido el cariño de sus padres.
-Estar
atentos para reforzar las mínimas conductas adecuadas. En una época en
que el niño busca la atención de los mayores, será
mejor que lo haga por lo adecuado, con lo que también mejorará su
autoestima.
-Darle
pequeñas responsabilidades en el cuidado del hermano
pequeño.
-Favorecer
el contacto con sus iguales. Además de las ventajas de la socialización,
podrá salir en algunos momentos de la situación que le
crea malestar.
-Aceptar
las regresiones (volver al chupete, hacerse pis en la cama…) como
manifestaciones normales del conflicto que le supone al niño. Se puede jugar
con él a que le cuidamos como cuando era pequeño.
-Aceptar
también las expresiones negativas que el niño desarrolla (rabietas,
dependencia, etc.)
-Pasar
momentos exclusivamente con el niño, participando en sus juegos y
entretenimientos, que note que le queremos y le escuchamos.
-Hablarle
de cómo te llevabas con tus hermanos cuando eras pequeño le puede servir
para entender mejor su situación actual.
-Permitirles
y enseñarles a resolver los conflictos entre los hermanos. Cuando tienen un
conflicto es tarea de los niños el ponerse de acuerdo. No meterse en sus chismes, sino decirles: ‘para jugar juntos debéis poneros de
acuerdo’. Si no consiguen resolver el conflicto, no darle la razón sólo a uno
de ellos, sino tratarlos por igual.
-Cuando
el niño pequeño molesta o rompe cosas del mayor, no disculparle porque es
pequeño, enseñarle a asumir también su responsabilidad.
-No
hay que olvidar que las reglas y los privilegios no pueden ser igual para
todos los hermanos, sino en función de la edad de los niños. Así, un niño
mayor puede acostarse más tarde, pero también asumir en alguna tarea mayor
responsabilidad.
-Evitar
hacer comparaciones entre los hijos, hacerles ver que son únicos e
irrepetibles.
-Fomentar
actitudes de cooperación y solidaridad entre todos los miembros de la
familia (ayudarse mutuamente, colaborar en las tareas de la casa, jugar todos
juntos, etc.).
-Es
bueno preparar al niño ante la llegada de un
hermanito. Aunque esto no evita los celos, puede disminuirlos, sobre todo
si desde antes del nacimiento se le va haciendo ver que a él se le seguirá
queriendo igual. Hay que tener en cuenta que a menor diferencia de edad entre
los hermanos, el niño mayor va a notar más el cambio. Cuando hay una diferencia
de más de tres años, el hermano mayor pasa menos tiempo en casa, con lo que el
cambio será menos acusado.
-Darle
pequeñas responsabilidades en las tareas de acogida, de modo que con la
cooperación disminuya la rivalidad.
-Tras
el nacimiento, cambiar lo menos posible las rutinas del niño mayor y no
alejarlo de la madre.
-Vigilar
inicialmente como se comporta con el recién nacido,
para evitar posibles conductas agresivas.
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