martes, 8 de enero de 2013

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): diagnóstico

 
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los problemas psiquiátricos más frecuentes en niños en edad escolar y también es frecuente en adolescentes.

 

Introducción

 
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los problemas psiquiátricos más frecuentes en niños en edad escolar y también es frecuente en adolescentes. El TDAH es un problema principlamente de origen genético en el que existe una alteración en los neurotransmisores o mensajeros de la parte frontal del cerebro. Esta parte del cerebro es la responsable de inhibir los impulsos automáticos, planificar una acción, mantener una acción con un objetivo, y reducir las distracciones para enfocar la atención en la parte importante de lo que estamos haciendo. Al no funcionar adecuadamente en niños con TDAH, tienen síntomas de hiperactividad motora, impulsividad, e inatención.
El TDAH es una de las principales razones por las que los niños son evaluados por profesionales de la salud mental. Se ha descrito desde 1865 por Hoffman y 1902 por Still. Inicialmente se llamó Disfunción (o daño) Cerebral Mínima, y desde 1950 Síndrome Hipercinético. Desde los años 1960 se describe el Síndrome del Niño Hiperactivo, y más recientemente se detectó el aspecto del déficit de Atención. En el 1980 (DSM-III) se cambia el nombre de Reacción Hipercinética de la Infancia a Trastorno por Déficit de Atención (con o sin Hiperactividad) (TDA con H, TDA sin H), poniendo más énfasis en la inatención y la impulsividad. Desde el 1994 (DSM-IV) se llama TDAH, y hay tres tipos (combinado, inatento e hiperactivo-impulsivo), segun los síntomas predominantes que presente el niño. Los estudios de prevalencia (frecuencia) no coinciden debido principalmente a diferencias importantes en terminología, definición del síndrome, y metodología; por éste motivo las prevalencias oscilan entre 2% y el 12%, aunque la cifra más aceptada entre los expertos es una prevalencia de entre el 2 y el 5%. Estudios en EE.UU. indican que la prevalencia máxima (8%) ocurre entre los 6 a 9 años de edad. El TDAH está presente en todas las zonas y culturas del mundo y es más frecuente en varones (9%) que en niñas (3,3%). El ratio niño:niña es de 4:1 para el tipo hiperactivo-impulsivo y 2:1 para el tipo inatento. Los niños con TDAH tienen problemas de atención, impulsividad (cognitiva y del comportamiento) y exceso de actividad y, debido a éstos síntomas, tienen dificultades de interacción social, problemas de comportamiento y relación en la familia y mal rendimiento escolar. Muchos de éstos niños además presentan otros problemas psiquiátricos como trastorno oposicional o negativista desafiante, trastorno de conducta (hasta el 40%), y también depresión y ansiedad. Aún está en estudio la posible relación entre algunas formas de TDAH y enfermedades del humor como la enfermedad bipolar (maniaco-depresiva.)
 

 

Origen y causas del TDAH

 
El origen del TDAH es todavía desconocido, pero se sabe que NO se produce por problemas ambientales, problemas familiares o sociales ni por alergias alimentarias. El TDAH es un trastorno altamente genético (75% de la causa es genetica) y que se origina por un problema de algunos neurotransmisores (o mensajeros) cerebrales como la dopamina y la noradrenalina. Estos neurotransmisores no funcionan correctamente en la parte frontal del cerebro, que es la encargada de la llamada función ejecutiva. Gracias al sistema ejecutivo frontal podemos empezar una acción y continuar haciéndola a pesar de las distracciones. Además podemos enfocar nuestra atención en algo concreto inhibiendo otras respuestas o ideas. También el sistema ejecutivo ayuda a hacer dos cosas a la vez sin perder el hilo. Finalmente, el sistema ejecutivo gobierna el control de la impulsividad y nos permite pensar mentalmente una accion antes de hacerla y decidir con antelación si nos interesa realizarla. Los niños con TDAH tienen dificultades en la ateción mantenida y no terminan las cosas, distrayéndose frecuentemente. También tienen problemas en concentrarse en una cosa mientras haya otras posibles distracciones. Ademas, son muy impulsivos y actúan antes de pensar las consecuencias de sus actos. Esto se debe al fallo en los neurotransmisores del area frontal que gobierna el sistema ejecutivo. Además del riesgo genético, otras posibles causas ambientales o factores de riesgo son, el uso de tabaco o alcohol por la madre durante el embarazo, gran adversidad psicosocial (pobreza, abandono, abuso...) y los problemas perinatales como bajo peso del niño al nacer o hipoxia (falta de oxigeno) en el parto. En familias donde uno de los niños tiene TDAH el riesgo para los hermanos sube del 5 % de la población general hasta un 30 al 40 %. También se eleva el riesgo si uno de los padres tiene TDAH (multiplica el riesgo por 8.)

 

Descripción Clínica

 
El DSM-IV define tres subtipos de TDAH:
  1. Tipo combinado (cumple criterios de inatención y además criterios de hiperactividad-impulsividad).
  2. Tipo predominantemente inatento
  3. Tipo predominantemente hiperactivo-impulsivo.
El tipo combinado es el que más se parece a las descripciones clásicas del niño hiperactivo. En niños el tipo combinado es el mas frecuente (80%) y luego el tipo inatento (17 %). En niñas también el tipo combinado es más frecuente, aunque menos que en niños (60%) y el tipo inatento es mas frecuente que en niños (30%). Las niñas son menos frecuentemente enviadas al médico para que las evalúe porque al ser menos hiperactivas crean menos problemas de manejo y de conducta en casa y en el colegio, por ello hay que estar atento a los síntomas en las niñas. A continuación se revisan los criterios diagnósticos (DSM-IV) del TDAH.
Las características clínicas centrales del TDAH son siete:
  1. Actividad excesiva e inapropiada sin relación a la tarea. Es una actividad molesta, sin objetivo, y fuera de su asiento, que dificulta el trabajo del niño y de otros niños en el colegio e interrumpe al profesor/a. El niño enreda mucho, es ruidoso y habla en exceso, produciendo consecuencias sociales negativas. Con el desarrollo del niño tiende a disminuir, pero queda una intranquilidad interna. Éste síntoma responde bien a medicación estimulante.
  2. Poca atención mantenida. Esto produce un trabajo escolar pobre y un mal rendimiento escolar y en los juegos (produciendo impopularidad con otros niños). La atención es variable y depende de la motivación, es peor para tareas aburridas, pero también está por debajo de lo normal en juegos. El niño se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes. También responde a medicación estimulante.
  3. Dificultad para inhibir impulsos. Dificultad para retrasar la respuesta a una señal. Es el síntoma más duradero, y puede durar hasta la edad adulta, con rendimientos académicos y sociales por debajo de su potencial debido a acciones y decisiones impulsivas. En el niño se traduce en no esperar su turno, interrumpir a otros, responder sin pensar, y tener mayor propensión a accidentes, heridas, etc. Éste síntoma mejora con estimulantes.
  4. Dificultad en llevarse bien. Suelen ser impopulares con los padres, hermanos y profesores. Tienen pocas amistades duraderas. Estos niños suelen meterse en líos y meter a otros en líos, y les es difícil ajustar su respuesta a la situación (por ejemplo: pasar de los juegos y bromas del recreo al trabajo de clase). Este síntoma también mejora con la medicación.
  5. Bajo rendimiento escolar. Tienen problemas de aprendizaje por mala organización, mala memoria secuencial, déficit en actividades psicomotrices finas y gruesas, y habilidades cognitivas improductivas.
  6. Baja autoestima. Debido a su impopularidad, a tener pocos amigos, a meterse siempre en problemas con padres, hermanos, profesores, y al mal rendimiento escolar, estos niños tienen una sensación crónica de fallar en todo y no hacer nada bien, a pesar de intentarlo.
  7. Comorbilidad (tener otros problemas además del TDAH.) Es la norma y no la excepción. Trastornos frecuentemente comórbidos con el TDAH son: trastorno oposicional-desafiante, trastorno de la conducta, trastornos de aprendizaje (verbal y no verbal), ansiedad y depresión.
Para hacer un diagnóstico no solamente se requiere la presencia de suficientes síntomas de forma persistente, sino que tienen que estar presentes en más de un ambiente de la vida del niño (casa, colegio, con amigos...) y además crear problemas importantes. Los síntomas deben estar presentes por encima de lo normal para la edad del niño. Un niño con TDAH no detectado a tiempo puede tener considerables problemas académicos, de relación familiar, de relación social, de conducta en el colegio y riesgo elevado de abuso de sustancias. En niños correctamente diagnosticados y tratados, se pueden prevenir y reconducir las complicaciones. Entre un 40 a un 60% de los niños con TDAH seguirán teniendo síntomas en la edad adulta.

Diagnóstico Diferencial

 
Hay una gran variedad de problemas médicos y psiquiátricos que pueden parecerse al TDAH; Causas médicas o físicas de problemas de atención incluyen problemas de visión o audición, epilepsia, secuelas de traumatismo craneal, enfermedad médica aguda o crónica, malnutrición, o sueño insuficiente por trastorno del sueño o problemas ambientales. Trastorno de ansiedad, o miedo real, depresión (produciendo falta de interés), o las secuelas de abuso o abandono de las necesidades del niño pueden interferir con la atención. Medicaciónes como fenobarbital o carbamacepina y drogas como alcohol, marihuana (porros), cocaina, inhalantes volatiles, etc. pueden disminuir la atención. No está claro aún, si la medicación antiasmática teofilina puede inducir síntomas de TDAH. Además, niños con distintos grados de retraso mental leve, capacidad intelectual en el límite con el retraso mental, y trastornos de aprendizaje pueden ser confundidos con el TDAH. Respecto a la hiperactividad, algunos niños en la parte alta del espectro normal de actividad pueden parecerse a niños con TDAH, o niños con un temperamento difícil. También la enfermedad bipolar de comienzo temprano se puede parecer al TDAH. Es importante que un niño con posible TDAH sea evaluado por su pediatra y si éste tienen dudas sobre el diagnóstico, debe ser evaluado por un especialista en psiquiatria infantil y adolescente. Es importante que los niños con enfermedades neurológicas, posibles trastornos específicos del aprendizaje (dislexia, discalculia, trastorno del aprendizaje no verbal, de matemáticas), o que hayan tenido problemas serios del desarrollo, sean vistos primero por un especialista en neuropediatría para descartar la presencia de enfermedades neurológicas que pueden parecer un TDAH.
 
Dr. César Soutullo Esperón
Especialista en Psiquiatría Consultor Clínico.
Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica
CLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA
 

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